domingo, 1 de julio de 2018

Los NAZIS en la Antártida.

La exploración alemana del continente antártico empieza ya  en 1873, bajo el patrocinio de la Sociedad Alemana de Viajes Polares  o Deutsche Polar Schiffahrtsgesellschaft; Las grandes travesías del “Grönland” al mando del Eduard Dallman en aguas antárticas fraguaron nuevos descubrimientos.


Para Alemania siempre quiso tener la soberanía en aquellas tierras, antes de la Primera Guerra Mundial  existían planes para establecer una base permanente en la Antártida.  Como ejemplo, hasta 1925 se realizaron ocho expediciones.

Tras la llegada al poder de los NAZIS se creó la mayor expedición hasta entonces; para 1938 se había preparado un buque polar, el "Schwabenland”, equipado con catapultas especiales a vapor para hidroaviones; en la empresa participaría la Lufthansa con vasta experiencia en el uso de hidroaviones para el tráfico postal en Sudamérica.  

Lo que muy pocos saben es que se invitó para fines de asesoramiento a Richard Byrd, héroe nacional de los EEUU, que había realizado vuelos de exploración sobre la Antártida en 1929. Participaría de varios seminarios y conferencias previas de la Schiffahrtsgesellschaft celebradas en Hamburgo. Más tarde Byrd comandaría en 1947 una operación militar norteamericana a la Antártida (Operación Highjump ) con el fin, supuestamente, de neutralizar  bases alemanas. 

Volviendo a 1938,  se produjo la famosa Expedición Antártica Alemana, que culminó en la toma de un gigantesco territorio, que recibió el nombre de "Neuschwabenland" ("Nueva Suabia"), inspirado en el nombre del propio barco nodriza "Schwabenland”. “ 

A partir de entonces, según algunas teorías  el tránsito entre Alemania y "Neuschwabenland" se fue incrementando, llevando personal tanto civil como militar, maquinaria ultramoderna de excavación y tunelación, así como equipo de construcción especialmente diseñado para soportar temperaturas bajísimas de 60º grados bajo cero. 

Durante la Segunda Guerra Mundial la Kriegsmarine, la Marina de Guerra Alemana, habría instalado y utilizado grutas antárticas para repostar y cobijar sus submarinos. Uno de estos accesos subacuáticos desembocaría en un gran lago subterráneo de agua dulce.


Todo ello, viene de unas extrañas declaraciones registradas en las memorias del Almirante Karl Dönetz sugieren que la existencia de ese paraíso antártico podría ser más que especulación y conjetura: "Die deutsche U-Boot Flotte ist stolz darauf, daß sie für den Führer in einem anderen Teil der Welt ein gebaut hat, eine uneinnehmbare Festung“, cuya traducción literal al español sería: "La flota alemana de submarinos está orgullosa de haber construido para el Führer, en otra parte del mundo, una fortaleza inexpugnable".