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domingo, 22 de julio de 2012

Madrid y sus fantasmas.

La niña que llora en el Palacio de Linares. Es, posiblemente, una de las historias más populares sobre fantasmas. Su nombre es Raimunda y su historia, la siguiente. El marqués José de Murga se casa con Raimunda Osorio, una joven humilde hija de la cigarrera de Lavapiés. Los padres del susodicho no pueden oponerse porque ya han muerto. Pero quiso el destino que se enterasen de que la muchacha era la hermanastra. Por ello, deciden asesinar a la hija fruto del matrimonio, también llamada Raimunda, y enterrarla en el palacio, situado entre el Paseo de Recoletos y la calle Alcalá. Todavía hoy, algunos dicen que se puede ver su espíritu en los salones de la casa llorando.

Los enfermos del Museo Reina Sofía. El actual lugar de arte fue antes ocupado por el antiguo Hospital General de Atocha. Dicen los guardias de seguridad que han oído a los enfermos caminar y gritar por los pasillos. Algunos informes publicados hace años recogían testimonios sobre presencias y todo tipo de fenómenos extraños en las salas y pasillos, como puertas que se abrían y cerraban solas, alarmas que se activaban sin motivo aparente, así como ascensores que se activaban de repente.

La dama de la Casa de las Siete Chimeneas. Este edificio, emplazado en la Plaza del Rey, 1, fue el nido de amor del capitán Zapata y de su esposa Elena. Pero la felicidad de su maridaje duraría poco, ya que Zapata fallece en la guerra de Flandes. La esposa aparece, más tarde, muerta en su dormitorio. Jamás se aclararon las causas de su fallecimiento. Tampoco ayuda que el cadáver desapareciera sin dejar rastro. Desde entonces, se dice que el fantasma de una mujer camina entre las siete chimeneas que coronan el tejado del palacete. Pero no es la única fantasmagórica historia.
Pasados los años, éste sería también el hogar de un anciano rico y su mujer, ambos unidos a raíz de un matrimonio de conveniencia. La relación se truncó cuando la misma noche de bodas la joven se suicidó. A partir de entonces, se rumorea que por las noches su espíritu, despechado, se asoma por los balcones de la casa, tintineando unas monedas. Parece ser que regalo del rey Felipe II de quien fue amante.


Extraños sucesos en la Real Casa de Correos. El proyecto se remonta al año 1.768, y surge del entonces alcalde de Madrid, Carlos III. El Rey decide que el edificio lo construya un arquitecto francés Jaime Marquet que no contaba, precisamente, de una grata fama. Con el comienzo de las obras, comienzan los extraños sucesos. Supuestamente, el demonio se aparece ante los albañiles para decirles que el edificio estaba maldito y que, por tanto, pasaba a manos de su legítimo propietario: Satanás. Los obreros se negaron a trabajar e incluso el jefe de obra pone en conocimiento de la Inquisición los hechos.

El hombre sin cabeza de la Iglesia de San Ginés. Este espectro también forma parte de la geografía madrileña. Cuenta la leyenda que un grupo de malhechores asesinaron a un hombre al que le cortaron la cabeza. Ésta fue situada a los pies de la Virgen y, según dicen algunos de los que pasan por delante de esta iglesia, situada en la calle Arenal, su fantasma sigue rondando la zona, asustando de vez en cuando a los viandantes.

sábado, 5 de mayo de 2012

¿Por qué el ferrocarril español tiene un ancho de vía distinto?

Desde sus orígenes, a mediados del siglo XIX, la red ferroviaria española ha tenido un ancho de vía diferente al que impera en la Europa Occidental, lo que ha tenido costosas consecuencias económicas.
La anomalía de que en España el ancho de vía sea ligeramente superior al de otros países de su entorno se debe a una decisión técnica, adoptada por la comisión de expertos que el Gobierno decidió constituir cuando se decidió a desplegar el grueso de la red ferroviaria. Antes de emprender el proyecto que debería unir Madrid con el puerto de Cádiz, el Ministerio de Gobernación encargó a una comisión dirigida por Juan Subercase un informe sobre las condiciones técnicas del proyecto.
Fue el informe elevado por esta comisión el que recomendó que el ancho de vía fuera superior, recomendación que se plasmó en un informe elevado en 1844. Pensaban los técnicos españoles que un ancho de vía mayor permitiría transitar a locomotoras más potentes como las que requería la accidentada orografía peninsular, una decisión cuyas consecuencias llegan hasta la actualidad. Hoy día, solo la red de Alta Velocidad tiene el ancho de vía europeo.
Está bastante extendida la creencia de que la decisión respondió al deseo del Gobierno de dificultar una eventual invasión francesa, pero no hay datos que corroboren esta afirmación.

Vía.ABC.es

sábado, 10 de marzo de 2012

La mina secreta de Madrid


Hay que bajar 75 escalones y al final... ¿una mina? Sí, efectivamente. Estamos en la Mina «Marcelo Jorissen» y está en pleno corazón de Madrid; justo en el número 21 de la calle de Ríos Rosas. Barrio de Chamberí.
Se trata de la reproducción de un yacimiento real de carbón construida en 1963 para que los alumnos de ingeniería de Minas pudieran hacer prácticas. Madrid no es Asturias, ni León, ni Río Tinto. No tiene tantos filones subterráneos para instruirse en vivo y en directo. Sin embargo, los estudiantes necesitaban su banco de pruebas particular. Hoy, la mina, es una curiosa pieza de museo que se puede visitar sin que cueste un euro.
No todos en la Villa y Corte saben de su existencia. La «Marcelo Jorissen» es parte de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas que tiene su sede —otra joya arquitectónica— ahí, en el 21 de Ríos Rosas. Poco hace sospechar que después de atravesar el luminoso patio acristalado central de la escuela y acceder por una escalinata de piedra al jardín del complejo universitario haya una mina. Y tan auténtica.
Protegidos por el correspondiente casco, descendemos esos 75 peldaños. Al final, nos encontramos a 25 metros bajo tierra. Impone. A izquierda y derecha hay una galería. Es la mina, con sus 50 metros de longitud, sus luces medio en penumbra, sus vagonetas, su humedad, utensilios de minería, cuadros de mando y raíles dobles para transportar el mineral con el que practicaban los aprendices de ingeniero de Minas.
La mina se llama «Marcelo Jorissen» en honor al director de la Escuela de Minas que ordenó su construcción, entre 1963 y 1967. El objetivo eran las prácticas de campo y laboratorio para los futuros titulados que, además de la teoría, necesitaban simular casos reales de construcción y entibación o sujeción interior de una explotación subterránea. Arriba, en el patio ajardinado de la escuela hay un castillete real que perteneció al pozo «Mirador», regalado a la institución docente por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya en el año 1968.
Dicho castillete metálico estuvo en funcionamiento en Minas del Centenillo entre 1897 y 1963. Por él se sacaron unos cinco millones de toneladas de mineral de plomo, según reza en el cartel adosado en su estructura.
La mina reproduce fielmente una galería y un pozo de mina de carbón con diversos tipos de sostenimiento, vagonetas, vías, maquinaría de extracción, ventilación y desagüe. A esos 25 metros bajo tierra está la galería de 50 metros de longitud. A la izquierda termina el pozo con una sala contigua de bombas, «equipada para el achique de agua del fondo del mismo y con los mandos del alumbrado eléctrico que lleva toda la galería del tipo antigrisú», explica Alfonso Maldonado, catedrático de esta escuela.
A la derecha, la galería se topa con la calle Ríos Rosas. No se pudo alargar más porque estaban, los túneles de la línea 1 del Metro. Con 50 metros de mina había que apañarse. En esta parte se han simulado diversos tipos de revestimiento y entibación: hormigón, madera en cuadros de distintos tipos y arcos metálicos deslizantes, colocados como muestrario a lo largo de la galería y en trozos de la misma. Ahí están, simulados, distintos tipos de carbón colocados, nos dicen los expertos, en las formas en que se puede mostrar el mineral en las entrañas de la tierra.
Se hacen visitas guiadas los domingos por la mañana. Para grupos se reserva en el teléfono 91 336 70 17. Si la visita es individual, hay que acudir allí mismo y pasar por orden de llegada.

Vía.Abc

sábado, 3 de marzo de 2012

El invento Español de los marines.


Olvídense de Iwo Jima y de Guadalcanal, de la guerra en el Pacífico y de las películas de Hollywood. Que antes (más de dos siglos) de que los marines norteamericanos fueran creados por el capitán Samuel Nicholas y se convirtieran en carne de cañón y peliculera, los marines ya estaban inventados por los españoles, y además, tenían un nombre mucho más poético, gallardo y orgulloso: la infantería de marina.
O, si lo prefieren, Compañías Viejas del Mar de Nápoles o arcabuceros de galera, creadas tras una disposición firmada por el Emperador Carlos V, en el año de gloria de 1537, hace ahora 475 veces que el Sol ha dado la vuelta alrededor de nuestro planeta. Cinco siglos dejándose la piel en todos los continentes, pero siempre con España.
La idea imperial surgió tanto de una necesidad como del genio militar de nuestros antepasados en el siglo XVI. Se trataba de establecer una fuerza de combate ágil y de gran poder destructivo, capaz, además, de moverse en los abordajes y en la defensa de las propias galeras con la misma pericia y la osada naturalidad con la que sobre la tierra firme ya lo hacía nuestra gloriosa y fiel infantería.
Felipe II, siempre pendiente de las cuestiones de Estado no tardaría en darse cuenta de que la gran idea de su padre debía convertirse en un objetivo prioritario de nuestra estrategia militar y marítima.
Mayormente, debido a la cada vez más intensa influencia y despliegue militar y naval de los turcos en el Mare Nostrum. Así, el 27 de febrero de 1566, casi treinta años después de la orden de Carlos I, su Majestad Católica Felipe II crea el «Tercio de la Armada del Mar Océano». Solo hicieron falta cinco años para que la unidad se mostrara decisiva en Lepanto, y fueron infantes de marina quienes rindieron la «Sultana», la nao capitana de Alí Pachá.
La defensa de la España Imperial allende el Atlántico durante décadas y décadas, frente a piratas, corsarios, y bucaneros; la Guerra de la Independencia (infantes de marina eran quienes persiguieron a las tropas napoleónicas al otro lado de los Pirineos tras nuestra victoria); y, por supuesto, las guerras de independencia hispanoamericanas, y luego Cuba, Filipinas, Guinea y Sidi Ifni.
También conviene destacar que desde el año 1763, la Infantería de Marina es Cuerpo de Casa Real, recompensa y privilegio que obtuvo tras su hercúleo y heroico combate en la defensa del Castillo del Morro de La Habana frente a la flota inglesa. San Fernando, Cartagena, Barbate, Ferrol, las Canarias y Madrid tienen hoy el honor de cobijar a las distintas unidades de la Infantería de Marina.

domingo, 8 de enero de 2012

El Pelayo la ultima baza española en el desaste del 98.


Mayo de 1898. España estaba contra las cuerdas. A punto de perder sus últimas posesiones ultramarinas, a las puertas del «Desastre». Las fuerzas del decadente imperio español combatían con suerte esquiva con las del rampante imperio yanqui. La marina estadounidense se enseñoreaba de las aguas de Cuba y en Cavite, Filipinas, las fuerzas del comodoro George Dewey desarbolaban las defensas hispanas. En tan adversas circunstancias, el Ministerio de Marina español ideó un arriesgado plan para tratar de revertir el curso de la guerra: golpear al enemigo en su propio territorio, enviar una flota a bombardear la mismísima costa este de los Estados Unidos.
En Norteamérica la contienda se entendía como camino de expansión, de ampliación del patrimonio. En España los círculos políticos e intelectuales creían que se luchaba por la misma supervivencia de la nación. Cuba y Filipinas no eran propiedades de España, eran parte sustancial de la misma. Lo había expresado el presidente del Gobierno, Antonio Cánovas del Castillo, en el Congreso cuando anunció que, en Cuba, España se dejaría «hasta el último hombre, hasta la última peseta». Aún sabiendo que la mermada España de finales del XIX se enfrentaba a un enemigo superior, Cánovas había dicho en 1896: «Si, desgraciadamente, un día el pueblo español creyere que la empresa (…) era superior a su conveniencia (…) yo habría dejado de ser hombre político para siempre jamás (…) acabando aquel día, probablemente, también mi vida personal». Cuba era para los españoles de entonces una cuestión de honor. Así que, imbuidos políticos y opinión pública en Madrid de una especie de espíritu quijotesco, se decidió intentar lo que la historiografía bautizó como «el contragolpe español». Mejor morir que perder la honra.
La única esperanza pasaba por dar un puñetazo en la mesa. Bloqueadas las fuerzas navales en Cuba y debeladas las de Filipinas, el Gobierno decidió jugarse el todo por el todo en una última baza y enviar una escuadra a atacar las mismas ciudades costeras de los Estados Unidos. Sería la del almirante Manuel de la Cámara y Livemoore la encargada de ejecutar tan peligroso cometido.
La misión era de lo más comprometida. Las mejores unidades disponibles de la Armada española tendrían que atravesar las aguas del Atlántico y adentrarse en los dominios del gigante para buscarle las cosquillas en sus propias barbas. Se pretendía obligar a Washington a un repliegue de sus fuerzas y así aliviar la presión sobre Cuba y Filipinas. La idea no era ni mucho menos descabellada. Desde que conoció los propósitos del Estado Mayor español, el Gobierno norteamericano ordenó que se dejaran de iluminar las ciudades de la costa este para dificultar el temido raid hispano. El miedo se apoderó de muchos estadounidenses.
Rumbo a los Estados Unidos zarpó una escuadra en la que formaron destructores de la «Clase Furor», veloces y bien artillados: los buques «Audaz», «Osado» y «Proserpina», que prestarían escolta a los cruceros auxiliares «Patriota» y «Meteoro» y el crucero «Carlos V». Pero la estrella de la flota era el poderoso acorazado «Pelayo», principal motivo para la preocupación de los mandos militares enemigos. El «Pelayo» y el «Carlos V» superaban por sí solos en potencia de fuego y tonelaje a toda la escuadra con la que Dewey combatía en Filipinas.
Las fuerzas de Cámara se dividieron en dos fracciones, una de las cuales debería navegar rumbo a Halifax, en Canadá, donde recibiría las instrucciones para lanzarse al ataque de las costas estadounidenses, con el objetivo preferente de la base naval de West Key. La segunda tendría como destino aguas brasileñas, desde las que se dedicaría a hostigar el tráfico mercante enemigo.
Pero por más que el Gobierno español quisiera en último trance recurrir a lo que le quedaba de músculo naval, lo que nunca pudo superar fue su aislamiento internacional, lo que a la postre dejó el «contragolpe español» en simple amago. Las presiones y trabas de Gran Bretaña, que no deseaba que la contienda se extendiera al Atlántico entorpeciendo la navegación comercial y puso cuantas trabas pudo en los puertos bajo su control o influencia, dieron al traste con el proyecto. Así, antes de que las armas españolas pudieran siquiera asomarse a territorio enemigo, el Gobierno recibió las noticias de la alarmante situación en Filipinas y ordenó redirigir la flota hacia el archipiélago asiático, con la esperanza de forzar unas negociaciones que permitieran conservar al menos una parte del mismo. Pero tampoco en esto se tuvo éxito. El Gobierno egipcio, títere de Londres, no permitió a los buques españoles aprovisionarse de carbón en sus puertos, demostrando de nuevo la total orfandad internacional de la causa hispana en la guerra.

El presidente de España más efímero.


Este no es ni más ni menos que Don Serafín María de Sotto, conde de Clonard, mariscal que presidió el Consejo de Ministros por el sorprendente plazo de ¡un día!
Corría el 19 de octubre de 1849 cuando la Reina Isabel II encomendó al conde la dirección del Gobierno de la Nación, influida en su decisión por dos de los religiosos en los que más confiaba, el padre Fulgencio, su confesor, y sor Patrocinio, conocida popularmente como «la monja de las llagas», extravagante personaje que tenía gran ascendiente sobre la joven reina.
Pero el bueno de Serafín casi no tendría tiempo para desarrollar su labor. Aupado por los sectores más conservadores de la corte, pronto, muy pronto, el descontento popular obligó a la soberana a rectificar y a removerlo del Gobierno. Al día siguiente de su nombramiento fue relevado, convirtiéndose en el presidente que menos tiempo aguantó en el cargo.
De Sotto había nacido en Barcelona en1793. Militar de vocación, había destacado en la Guerra de Independencia, en la que resultó herido, y en la Primera Guerra Carlista. Antes que presidente del Gobierno había sido ministro de la Guerra y director del Colegio General Militar de Toledo. Su pasión por la milicia le llevó a escribir algunas relevantes obras sobre la historia del Ejército español, como la «Historia orgánica de las armas de Infantería y Caballería españolas» o la «Memoria histórica de las academias militares de España». También legó un «Álbum de la infantería española» y un «Álbum de la Caballería».
El caso del frustrado Gobierno De Sotto fue uno más de los sucesivos gabinetes ministeriales cesados a las primeras de cambio que son la constante en todo el siglo XIX español. El suyo fue el caso más extremo de gobernante fugaz.

domingo, 2 de octubre de 2011

Se desvela el misterio de la rana y la calavera de la universidad de salamanca.


El batracio se posa desde hace medio milenio sobre una calavera labrada en la fachada plateresca de la Universidad de Salamanca.
Cada día miles de personas apuntan su dedo y con un poco de destreza visual buscan hasta encontrar este elemento y de esta forma, según la tradición tener éxito en los estudios. Desenmascarar la simbología de este ornamento es otra cosa distinta.
En su origen, la rana era un elemento secundario tras la fuerza del escudo de los Reyes Católicos. En aquel siglo XVI daba sus primeros pasos la secularización de la Universidad que dejaba de depender del papado para pasar a hacerlo de la Monarquía. De ahí que la efigie de Isabel y Fernando circundada por la leyenda 'Los Reyes para la Universidad y ésta para los Reyes' que es el elemento central de esa especie de retablo elaborado con la piedra franca extraída de las canteras de la vecina Villamayor.
Ahora se sostiene que el conjunto de la rana y la calavera sobre la que se posa pretende mandar un mensaje iconográfico para burlar de esta manera a la inquisición y añade un detalle que ayuda a comprender la historia.
Se considera que el conjunto que forman las tres calaveras apostadas en la pilastra de la parte derecha representa a los tres hijos de los monarcas fallecidos antes de la construcción de la fachada (Isabel, María y Juan). El elemento antropomorfo representa al príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos fallecido en 1497 sin haber cumplido los 20 años.
La esposa de Juan de Aragón y castilla, fue Margarita de Austria hermana de Felipe El Hermoso. Si sacó los genes de su hermano seguramente también era hermosa, lo que justificaría el desenfreno lujurioso que por lo visto sentía el príncipe y que, al parecer, le llevó a morir de amor. Con la rana sobre su calavera se le identifica como tal, como lujurioso. La idea, heredada de un viejo proverbio sefardí, podría haberse dejado clara si se hubiera acompañado de un lema que jamás llegó a ser tallado por no ofender la moral de la época y no arriesgar la vida del autor ante las garras de la inquisición a quien no gustaban los pecados capitales.

domingo, 20 de marzo de 2011

Blas de Lezo el héroe que humilló a los ingleses.

Sin duda se trata del mayor héroe de la historia de España... y uno de los mas desconocidos. Su nombre, Blas de Lezo, y su vida... digna de la mejor de las películas.

Este almirante español perdió medio cuerpo en la batalla: la pierna izquierda con 15 años, el ojo izquierdo en la defensa de Toulon, el brazo derecho durante el sitio de Barcelona, en 1714, con 25 años.

A pesar de todo ello, su arrojo y valor fueron destrozando una vez si y otra también a las tropas enemigas en cuantas batallas participó.



Combates navales, naufragios, abordajes, desembarcos. Luchó contra los holandeses, contra los ingleses, contra los piratas del Caribe y contra los berberiscos. En cierta ocasión, cercado por los angloholandeses, tuvo que incendiar varios de sus propios barcos para abrirse paso a través del fuego, a cañonazos. En sólo dos años, siendo capitán de fragata, hizo once presas de barcos de guerra enemigos, todos mayores de veinte cañones, entre ellos el navío inglés Stanhope. En los mares americanos capturó otros seis barcos de guerra, mercantes aparte. También rescató de Génova un botín secuestrado de dos millones de pesos, y participó en la toma de Orán y en el posterior socorro de la ciudad. Después de ésas y otras muchas empresas, nombrado comandante general del apostadero naval de Cartagena de Indias, a los 54 años, le llegaría sin duda su mas recordada gesta histórica: la guerra de la Oreja de Jenkins. En ella, defendiendo el puerto de Cartagena de Indias del ataque británico, su nombre se hizo inmortal. y tras rechazar dos anteriores tentativas inglesas contra la ciudad, hizo frente a la fuerza de desembarco del almirante Vernon: 36 navíos de línea, 12 fragatas y varios brulotes y bombardas, 100 barcos de transporte y 39.000 hombres. Es el segundo mayor ataque anfibio de la historia de la humanidad, solo superado por el Desembarco de Normandía Que se dice pronto.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Redescubierto un lienzo de Bruegel 'El Viejo'.


El Museo del Prado ha descubierto un cuadro hasta ahora desconocido del pintor flamenco Pieter Bruegel 'El Viejo' (1525-1569), uno de los grandes maestros del arte del siglo XVI, 'El vino en la fiesta de San Martín'.
"Es un acontecimiento excepcional haber descubierto una obra de Bruegel. Sólo hay 40 obras de Bruegel en el mundo y una está en este museo. Además es el que tiene el tamaño más grande y está en muy buen estado de conservación".
'El vino en la fiesta de San Martín' era propiedad de la familia Medinaceli, pero el actual propietario, un coleccionista particular, "no quiere figurar".
La obra llegó al taller del museo para ser restaurada sin que se conociera su autoría. Hace un año, el lienzo llegó a la pinacoteca por mediación de Sotheby's para que fuera restaurado e investigado y poder confirmar su autoría.
Tras las pertinentes radiografías, análisis de telas y pigmentos, el departamento del investigación del Prado ya podía augurar que el cuadro era de Bruegel. Pero además el 6 de septiembre apareció de manera inesperada la firma del autor, que había permanecido oculta.
Ni el director del Prado quiso dar una valoración económica de esta obra, aunque señaló que en el inventario del duque de Medinaceli figuraba con un precio de 8.000 reales, un precio mayor que 'Las Hilanderas' de Velázquez.
Pieter Bruegel 'El Viejo' está considerado como el 'nuevo Bosco' de la época y es la figura más importante de la pintura flamenca del siglo XVI. Reconocido en vida, tras su temprana muerte en 1569, sus escasas obras fueron buscadas obsesivamente por los coleccionistas.

Vía.Elmundo.es

miércoles, 14 de abril de 2010

Caravaggio pudo morir tras ser secuestrado por los españoles.


Caravaggio murió en 1610 tras ser secuestrado por los españoles a su llegada a Porto Ercole. Ésta es la nueva hipótesis que está investigando un grupo de estudiosos italianos que desde hace varios meses indaga sobre la muerte del pintor Michelangelo Merisi, más conocido como Caravaggio. Según este estudio, el pintor desembarcó en Porto Ercole en julio de 1610, pero no murió en el hospital de Santa María Auxiliadora, como hasta ahora se creía, sino que murió en Forte Filippo, cuartel general de los españoles.
La teoría apunta a que el Rey Felipe III de España, gran admirador del pintor, ordenó al virrey de Nápoles, Pedro Fernández de Castro, que secuestrara las pertenencias de Caravaggio a su llegada al puerto toscano. Una vez allí murió por causas naturales por lo que fue enterrado en la capilla del propio fuerte.
«La hipótesis es plausible, porque explicaría todo el secretismo que ha envuelto siempre la muerte de Caravaggio».
Precisamente, para no descartar ninguna posibilidad se ha dado inicio, en la capilla y en la iglesia del fuerte español, una búsqueda de restos óseos a través de un radar. «Los primeros resultados son sorprendentes; en el centro de la capilla las ondas del radar han encontrado la presencia de un objeto», aunque es pronto para determinar si se trata o no de restos óseos.
La importancia de este descubrimiento deriva en que en la capilla del fuerte no se enterró nunca a nadie; «al menos no disponemos de documentación que nos confirme esta teoría, por lo que si ahí abajo hay algo, no podemos descartar que sea Michelangelo». Esta nueva teoría viene reforzada gracias a una carta que el virrey de Nápoles dirigió un mes después de la muerte del pintor al director del fuerte. «Recibiendo esta carta usted me enviará las cosas sin demora», se lee en la misiva, fechada el 19 de agosto de 1610.
Hasta que estas investigaciones no den sus frutos, la muerte de Caravaggio seguirá siendo un misterio.

Vía.ABC.