domingo, 2 de octubre de 2011

La historia del Cordero Místico de Van Eyck



"Después de esto miré, y he aquí que vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas con palmas en las manos; y clamaban a gran voz diciendo: la salvación pertenece a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero (...) porque el Cordero los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida y Dios enjugará toda lágrima en los ojos de ellos".
Apocalipsis.

Lo que la Biblia describió con palabras lo imaginó y pintó en 1432 Jan van Eyck ayudado por su hermano Hubert en La adoración del Cordero Místico, 24 tablas que se convirtieron, junto al matrimonio Arnolfini, en su obra maestra y, sobre todo, en el punto del triunfo del óleo sobre la tabla y del advenimiento del arte renacentista. En el centro de la composición, hoy situada en la Catedral de San Bavón de la ciudad de Gante, el Cordero, místico y misterioso, sigue mirando a la Historia rodeado de multitud de escenas (un ciclo que arranca con la creación y que nos lleva a los profetas, la Anunciación, a los santos...).

Con todo esto es lógico imaginarlo como un cuadro deseado a lo largo de los siglos. Tanto, que hasta en trece ocasiones ha sido robado y, además, por los motivos más improbables. "Era la obra más famosa del mundo cuando fue terminada y fue la primera pintura al óleo, la que inspiró a los artistas para utilizar este material durante los siguientes cinco siglos. Van Eyck es un precursor de realismo, nadie había visto antes una obra similar. Su fama era contagiosa, la gente lo deseaba porque había sido buscado por los hombres más poderosos, de Napoleón a Hitler. Pero también sucede que se conserva en un lugar, Bélgica, que lamentablemente ha sido el campo de batalla de las guerras europeas a lo largo de los siglos: Desde el XVI a la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos se paseaban por este país intentando llevarse el objeto más famoso del lugar. El retablo funciona como un trofeo de guerra, una forma de demostrar el poder, un verdadero símbolo".


Solo rapiña, ¿o buscaban algo mas? Difícil saberlo.

Se desvela el misterio de la rana y la calavera de la universidad de salamanca.


El batracio se posa desde hace medio milenio sobre una calavera labrada en la fachada plateresca de la Universidad de Salamanca.
Cada día miles de personas apuntan su dedo y con un poco de destreza visual buscan hasta encontrar este elemento y de esta forma, según la tradición tener éxito en los estudios. Desenmascarar la simbología de este ornamento es otra cosa distinta.
En su origen, la rana era un elemento secundario tras la fuerza del escudo de los Reyes Católicos. En aquel siglo XVI daba sus primeros pasos la secularización de la Universidad que dejaba de depender del papado para pasar a hacerlo de la Monarquía. De ahí que la efigie de Isabel y Fernando circundada por la leyenda 'Los Reyes para la Universidad y ésta para los Reyes' que es el elemento central de esa especie de retablo elaborado con la piedra franca extraída de las canteras de la vecina Villamayor.
Ahora se sostiene que el conjunto de la rana y la calavera sobre la que se posa pretende mandar un mensaje iconográfico para burlar de esta manera a la inquisición y añade un detalle que ayuda a comprender la historia.
Se considera que el conjunto que forman las tres calaveras apostadas en la pilastra de la parte derecha representa a los tres hijos de los monarcas fallecidos antes de la construcción de la fachada (Isabel, María y Juan). El elemento antropomorfo representa al príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos fallecido en 1497 sin haber cumplido los 20 años.
La esposa de Juan de Aragón y castilla, fue Margarita de Austria hermana de Felipe El Hermoso. Si sacó los genes de su hermano seguramente también era hermosa, lo que justificaría el desenfreno lujurioso que por lo visto sentía el príncipe y que, al parecer, le llevó a morir de amor. Con la rana sobre su calavera se le identifica como tal, como lujurioso. La idea, heredada de un viejo proverbio sefardí, podría haberse dejado clara si se hubiera acompañado de un lema que jamás llegó a ser tallado por no ofender la moral de la época y no arriesgar la vida del autor ante las garras de la inquisición a quien no gustaban los pecados capitales.

sábado, 1 de octubre de 2011

David Cameron piensa que el KGB intentó reclutarle en 1985


David Cameron, primer ministro de Inglaterra cree que durante un viaje a la antigua Unión Soviética, agentes de la KGB intentaron reclutarlo.
En un discurso ante los estudiantes de la Universidad Estatal de Moscú, recordó su primera visita a Rusia en los últimos años de la Guerra Fría en 1985. "Cogí el ferrocarril Transiberiano desde Moscú a Najodka y llegue a la costa del mar Negro, donde aparecieron dos rusos, que hablaban un inglés perfecto, en una playa utilizada mayoritariamente por extranjeros", comentó.
Me invitaron a una cena, y me preguntaron sobre la vida en Inglaterra y lo que pensaba sobre política", dijo el Cameron durante una conferencia en la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Moscú.
"A mi regreso se lo conté a mi tutor en la universidad y él me preguntó si había sido una entrevista", agregó.
"Si lo fue, parece que no logré el puesto", relató el líder británico, que viajó en 1985, año de ascenso al poder de Mijail Gorbachov.
Posteriormente, en una conferencia de prensa conjunta con Cameron, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, bromeó al responder a una pregunta de un periodista británico sobre los posibles intentos del KGB de contratar a Cameron.
"Estoy seguro de que David hubiera sido un muy buen agente del KGB. Pero en ese caso nunca habría llegado a ser primer ministro británico", respondió.
Cameron ya había contado esta anécdota en una entrevista de radio en 2006, al explicar que el incidente sorprendió a los que le investigaron cuando se iba a convertir en un asesor del Tesoro británico en la década de 1990.

domingo, 3 de julio de 2011

El lepero que fue rey de Inglaterra.


Entre las diferentes anotaciones curiosas que podemos encontrar está la de Juan de Lepe, un marino de esta localidad onubense que en algún momento del reinado dehttp://www.blogger.com/img/blank.gif Enrique VII (finales del siglo XV) llegó a Inglaterra y, con su gracia, picardía y astucia, consiguió ganarse la confianza de la austera corte real y la del mismísimo monarca.
Cuentan las biografías que Enrique VII era un rey al que le gustaba pasar largas temporadas en palacio y distraerse con todo tipo de espectáculos y juegos de azar. Así es como nuestro saleroso marinero de origen plebeyo pronto fue su confidente, amigo, bufón y compañero de juegos hasta tal punto que un buen día el monarca se jugó las rentas del reino, «por un día», a una partida doble de naipes.
Juan ganó la partida y se hizo pública en toda el país, siendo saludado como «el pequeño rey de Inglaterra» (The little king of England). Por supuesto no se conformó sólo con el honor y durante esa jornada se aseguró su futuro haciéndose con un buen montón de prevendas, derechos y lucros y con el consiguiente permiso para poder llevarse a España todo lo conseguido.
A su regreso, no tardó en disfrutar sus riquezas en su pueblo natal, donde también donó parte de la fortuna a los monjes franciscanos, que una vez fallecido, lo ordenaron enterrar en el Convento de Nuestra Señora de la Bella bajo una lápida en la que rezaba su nombre y su hazaña en el extranjero:
«En la Iglesia de este convento (Ntra. Sra. de la Bella) aún se ve el sepulcro de cierto Juan de Lepe, nacido de baja estirpe del dicho pueblo de Lepe, el cual como fuese favorito de Enrique VII rey de Inglaterra con él comiese muchas veces y aun jugase, sucedió que cierto día ganó al rey las rentas y la jurisdicción de todo el reino por un día natural, de donde fue llamado por lo ingleses el pequeño rey…»

Vía.Abc.

viernes, 27 de mayo de 2011

MOSSAD

Desde la creacion del Mossad en marzo de 1951, sus agentes se dedicaron a buscar a los oponentes al Estado de Israel en lo mas recondito del planeta. La primera operacion autorizada por un jefe de gobierno a la entonces unidad de Nokmin (Vengadores) en mayo de 1960, cuando David Ben-Gurion permitio a Isser Harel el secuestro y posterior traslado a Israel de Adolf Eichmann, uno de los maximos responsables de la llamada "Solucion Final" nazi, que vivia bajo otra identidad en la ciudad de Buenos Aires. Eichmann seria ajusticiado en la horca en 1962. El exito de esa operaciaon, llamada "Garibaldi", supuso la creacion del temible Kidon (Bayoneta), la sub-unidad de ejecutores del Metsada, el departamento de operaciones especiales del Mossad. El Kidon y sus miembros, tambien llamados kidones, se convirtieron en la punta de lanza de las nuevas venganzas que deberian llevar a cabo Israel contra sus enemigos.

domingo, 10 de abril de 2011

El enigma Voynich


En 1912 Wilfrid Voynich, buscador de libros extraños, topó en Roma con un manuscrito de unas 230 páginas (puede que originalmente tuviera más de 300) con aspecto de grimorio medieval y escrito en un lenguaje que, a día de hoy, nadie ha conseguido descifrar. Es más, ni siquiera se puede decir que haya un texto que descifrar y quizás no es ni un lenguaje. Podría estar escrito en un idioma creado ex profeso, no tener ningún sentido, ocultar un mensaje en un código misterioso...
El libro contiene imágenes y textos, y está dividido en seis secciones que hablan (o parecen hablar) de biología, astronomía, hierbas… y profusamente ilustrado Lo que lo hace tan extraño no es que no diga nada, sino que parece querer decir algo. De hecho, aunque carece de puntuación, está escrito de un tirón, sin tachones, y con una apariencia de idioma auténtico (el voynichés) que no deja de sorprender. Si fue simplemente una broma, el que lo hizo se tomó su tiempo.William R. Newbold, decano de la Universidad de Pensilvania y condecorado tras la I Guerra Mundial por su talento para descifrar códigos enemigos, murió loco en 1926 tras una obsesiva búsqueda de una solución.

Hasta hace apenas una semana, el volumen estaba fechado en algún momento entre 1450 y 1520. Ahora, gracias a la pruebas del Carbono 14 a la que han vuelto a someter sus páginas, la Universidad de Arizona ha logrado concretar más: entre 1402 y 1438. Parece mentira, pero es prácticamente lo único que se sabe a ciencia cierta. Un pequeño paso que, por lo menos, ha permitido eliminar al escritor Roger Bacon de la lista de posibles autores (vivió en el siglo XIII), y a quien desde el siglo XVII se le atribuía su autoría.
El descubrimiento no excluye, en cambio, a John Dee, el mítico mago y científico del siglo XVI y a su ayudante y amigo Edward Kelly, que decían comunicarse con los espíritus en su propio idioma. No parece el caso. Intentar buscar un autor más allá de principios del siglo XV no tiene ningún sentido, así que el análisis invita a desechar la mejor de las teorías posibles: que Dee y Kelly lo crearon para estafar al nieto de Carlos I, Rodolfo II de Bohemia. Esto tuvo que ocurrir a mediados del XVI, pero es difícil de creer que las páginas pudieran estar casi un siglo esperando que alguien las escribiera (se cree que fue redactado durante la primera mitad del XV).
Pero si nada sabemos sobre su autor o su origen, sobre el contenido apenas se puede decir mucho más. Hay quien dice que tiene una estructura similar a la de una lengua y otros que es un código. También podría ser un idioma imaginario pero con una innegable lógica interna o un alfabeto inventado utilizado para transcribir una lengua desconocida.
El Dr. Leonell Strong 'consiguió' descifrarlo en 1945 con un “doble método inverso de progresión aritmética basada en un alfabeto múltiple”, una técnica que aún hoy nadie sabe exactamente en qué consiste aunque su origen esté claro: se la sacó de la manga. Un tal John Stojko aseguró en 1978 que era un texto ucraniano encriptado tras quitarle las vocales. Años después la investigadora Edith Sherwood atribuyó su autoría a Da Vinci. Hipótesis como éstas hay para aburrir, pero ninguna supera la prueba del algodón.
Es curioso, pero puede que el manuscrito cifrado MS 408 sea simplemente una broma o una estafa. Alguien que sabía escribir pudo inventarse todo un libro, casi medio siglo antes de que apareciera la imprenta, sin que se sepa el motivo (quizás para hacerlo pasar por auténtico). El manuscrito Voynich es, sin duda, uno de esos misterios que la Ciencia no puede resolver.

Vía.Elmundo

La momia de Lenin.


No sé si Lenin hubiera sido tan famoso si los líderes de la antigua Unión Soviética hubieran decidido no embalsamarlo y exponer públicamente su momia. Por supuesto que tuvo un papel fundamental en la revolución rusa, y su nombre será recordado siempre, sin importar que los ideales por los que luchó hayan terminado desmoronándose.
Sin embargo, la momia de Lenin, a pesar de lo bien conservada que está, requiere algunos retoques de vez en cuando, sólo para asegurarse de que siga teniendo un aspecto “saludable”. La imagen superior es de uno de esos eventos, y ahí Lenin no se ve tan imponente y eterno como solemos recordarlo en las típicas fotografías de su momia.
Me pregunto: ¿Por qué no simplemente lo entierran y se libran de todo esto?

El plan de sabotaje en la Alemania derrotada.


En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, cuando todo estaba perdido para Alemania, los nazis planearon una campaña de envenenamiento de salchichas, chocolate y nescafé. Según revelan archivos históricos británicos, una red de sabotaje nazi, en torno a la organización Hombres Lobo, planeaba una guerra de guerrillas.
El archivo de documentos altamente confidenciales del MI5 —el servicio secreto interior británico— revela que, preparándose para la derrota de Adolfo Hitler, los Hombres Lobo planeaban dejar la comida y el café envenenados para que los aliados los consumieran al tomar Alemania. Pero a esta estrategia primitiva de ataque se sumaba otra mucho más sofisticada que parece salida de la imaginación de Ian Fleming, el creador de James Bond. La organización planeaba el uso de mecheros que despidieran gases letales, venenos disfrazados de aspirina, y guerra bacterial que despedían armas escondidas en los espejos de cartera de agentes femeninos.

Algunos de los métodos tenían varios pasos. La aspirina se ofrecía después de convidar un cigarrillo que daba dolor de cabeza: el veneno tardaba 10 minutos en causar la muerte. Estaba también la pastilla «explosiva» dejada en las mesas y que explotaría al menor contacto con un vaso. El plan contemplaba también el uso de polvos venenosos diseminados en las manijas de puertas, libros y escritorios.
Los archivos revelan que el MI5 obtuvo esta información de cuatro agentes alemanes capturados en el norte de Francia en marzo de 1945. Gracias a esa información, los aliados tomaron especiales cuidados en la Alemania ocupada. Las tropas británicas tenían terminantemente prohibido el consumo de comida y cigarrillos alemanes bajo «severas penas» durante el avance por Alemania en 1945. Los documentos desclasificados registran que Lord Rotschild, jefe entonces del MI5, hizo analizar chocolate y nescafé en poder de fuerzas alemanas para probar si había veneno. Por su parte, el Doctor Bruce White, del Instituto Nacional de Investigación Medica británica, aconseja en uno de los documentos «hacer probar el chocolate a un mono», pero ahí se detiene la revelación de los documentos: no se sabe si alguien llevó a cabo el experimento.
Los Hombres Lobo dependían de las SS y las Juventudes Hitlerianas y operaban como una guerra de guerrilla en las fronteras del Tercer Reich, ocupadas por las fuerzas aliadas en el otoño de 1944. En esa época contaba con unos cinco mil miembros, pero la primavera de 1945 sus números se ampliaron cuando el Partido Nazi y el ministerio de Propaganda lanzaron una llamada a la resistencia popular.

Vía.Abc.es

domingo, 20 de marzo de 2011

Blas de Lezo el héroe que humilló a los ingleses.

Sin duda se trata del mayor héroe de la historia de España... y uno de los mas desconocidos. Su nombre, Blas de Lezo, y su vida... digna de la mejor de las películas.

Este almirante español perdió medio cuerpo en la batalla: la pierna izquierda con 15 años, el ojo izquierdo en la defensa de Toulon, el brazo derecho durante el sitio de Barcelona, en 1714, con 25 años.

A pesar de todo ello, su arrojo y valor fueron destrozando una vez si y otra también a las tropas enemigas en cuantas batallas participó.



Combates navales, naufragios, abordajes, desembarcos. Luchó contra los holandeses, contra los ingleses, contra los piratas del Caribe y contra los berberiscos. En cierta ocasión, cercado por los angloholandeses, tuvo que incendiar varios de sus propios barcos para abrirse paso a través del fuego, a cañonazos. En sólo dos años, siendo capitán de fragata, hizo once presas de barcos de guerra enemigos, todos mayores de veinte cañones, entre ellos el navío inglés Stanhope. En los mares americanos capturó otros seis barcos de guerra, mercantes aparte. También rescató de Génova un botín secuestrado de dos millones de pesos, y participó en la toma de Orán y en el posterior socorro de la ciudad. Después de ésas y otras muchas empresas, nombrado comandante general del apostadero naval de Cartagena de Indias, a los 54 años, le llegaría sin duda su mas recordada gesta histórica: la guerra de la Oreja de Jenkins. En ella, defendiendo el puerto de Cartagena de Indias del ataque británico, su nombre se hizo inmortal. y tras rechazar dos anteriores tentativas inglesas contra la ciudad, hizo frente a la fuerza de desembarco del almirante Vernon: 36 navíos de línea, 12 fragatas y varios brulotes y bombardas, 100 barcos de transporte y 39.000 hombres. Es el segundo mayor ataque anfibio de la historia de la humanidad, solo superado por el Desembarco de Normandía Que se dice pronto.

¿Intentaron los servicios secretos británicos asesinar a Lenin?


Nuevos documentos conocidos en las últimas fechas parecen contradecir lo que la Historia oficial ha mantenido durante un siglo: que los servicios secretos británicos no tuvieron nada que ver en el intento de asesinato de Lenin en 1918.
Los documentos han sido difundidos ahora por la cadena pública británica BBC y arrojan nueva luz sobre lo que durante décadas se ha conocido como 'la conspiración Lockhart', que ha sido objeto de numerosas teorías, estudios, libros e incluso películas de cine.
Los hechos se remontan a principios de 1918, en los momentos finales de la Primera Guerra Mundial, cuando el nuevo Gobierno bolchevique ruso negociaba un acuerdo de paz con Alemania para conseguir que sus soldados volvieran a casa, un acuerdo que preocupaba en Londres.
El Gobierno británico temía que una inminente retirada de las tropas rusas permitiera a Alemania, que aún estaba luchando en dos frentes, reforzar sus defensas en el frente occidental.
Para evitarlo, y para conseguir que Rusia volviera del lado de los aliados, los británicos enviaron a Moscú a Robert Bruce Lockhart, un diplomático escocés de 30 años conocido por su afición al buen vino, las mujeres y los deportes, que se convirtió a partir de ese momento en el representante de la corona en la capital rusa.
Al principio, todo pareció indicar que Lockhart podía convencer a los bolcheviques, pero en marzo de ese año los soviéticos firmaron el acuerdo de paz de Brest-Litovsk con los alemanes, lo que terminó con cualquier esperanza de que los rusos ayudaran a los aliados.
Londres no se dio por vencido, y de acuerdo con las nuevas evidencias conocidas ahora, decidió que la alternativa era derrocar al Gobierno bolchevique y reemplazarlo por otro que estuviera dispuesto a volver a declarar la guerra a Alemania.
En este sentido, los documentos demuestran que en junio Lockhart pidió dinero a Londres para poder financiar las actividades de varias organizaciones anti-soviéticas, y que el Foreign Office recomendó al Departamento del Tesoro que aprobara esa partida.
De hecho, a finales de mayo los británicos decidieron enviar una pequeña fuerza militar a Arjánguelsk, en el norte de Rusia, bajo el pretexto de prevenir que toneladas de equipamiento militar británico, facilitado a los rusos, cayera en manos alemanas.
No llegó a prosperar, pero el auténtico objetivo era que una fuerza de 5.000 soldados británicos se uniera a los 20.000 militares letones que componían la guardia del Kremlin, que Londres consideraba que podría rebelarse en contra de los bolcheviques.
Posteriormente, Lockhart envió un telegrama a Londres tras reunirse con un militante anti-bolchevique llamado Savinkov, que decía así: "Propuestas contrarrevolucionarias de Savinkov. El plan es que, con la intervención aliada, los barones bolcheviques sean asesinados y se instaure una dictadura militar".
Bajo el telegrama hay una nota con la firma de Lord George Curzon, que formaba parte del gabinete de guerra del Gobierno británico, que afirma: "los métodos de Savinkov son drásticos, aunque si tienen éxito probablemente serán eficaces, pero no podemos decir o hacer nada hasta que no se haya decidido intervenir".
Fue el 30 de agosto de 1918 cuando una mujer, la militante social-revolucionaria Fani Yefímovna Kaplán disparó contra Vladímir Ilich Uliánov "Lenin", el fundador del Estado soviético, que resultó herido de gravedad con dos impactos de bala, pero sobrevivió.
Interrogatorio en el Kremlin
La Cheká (antecesora del KGB) detuvo horas después a Lockhart, que fue interrogado en el Kremlin y que, según los documentos de la policía secreta soviética, confesó que formaba parte de una conspiración para asesinar a Lenin y derrocar a los bolcheviques.
Pero a principios de octubre de 1918, Lockhart fue puesto en libertad en un intercambio por un diplomático ruso en Londres.

Vía.Elmundo

domingo, 30 de enero de 2011

El jefe ratonero del Gabinete de su majestad.


Dado su proximidad al Támesis, las estancias de Downing Street siempre han tenido un serio problema con las ratas. Tal ha sido la situación que, incluso desde el reino de Enrique VIII, la corona inglesa ha designado una pequeña cantidad para la manutención de un gato específicamente "empleado" para cazar estos bichos.
Aunque sólo existen documentos al respecto datando a 1929, consta en los registros del Gobierno británico de ese año la autorización al tesorero real para acordar la cantidad de "un penique al día para sufragar los gastos incurridos al mantener un gato eficaz"; los últimos registros asignan una cantidad de 100 libras esterlinas anuales -unos 117 euros- para el "jefe ratonero del Gabinete de su majestad".
Dado que los gatos son considerados funcionarios públicos, rara vez coinciden sus estancias en Downing Street con los mandatos de los primeros ministros británicos. Tanto Peter I (1929-1946) como Peter III (1948-1964) vieron pasar cinco primeros ministros distintos durante sus respectivas carreras como ratoneros oficiales. Sin embargo, el gato que más tiempo pasó en Downing Street fue Wilberforce -nombrado en honor al famoso abolicionista británico-, ratonero entre 1970 y 1988, durante los gobiernos de Edward Heath, Harold Wilson, Jim Callaghan y Margaret Thatcher; la 'Dama de Hierro' le tuvo tanto cariño que le trajo una lata de sardinas moscovitas como recuerdo de su visita de Estado a la URSS.
El sucesor de Wilberforce, Humphrey, fue el más problemático de los gatos de Downing Street. Sin duda fue un ratonero excepcional: un funcionario de la oficina del primer ministro incluso comentó a los medios que las 100 libras anuales que costaban mantener al gato eran infinitamente mejor aprovechadas que las 4000 destinadas a pagar al fumigador profesional de las estancias. Pero, independientemente de sus obligaciones oficiales, Humphrey provocó varios escándalos. El primero, notablemente, fue falso: un periodista del 'Daily Telegraph' publicó una noticia ficticia sobre el asesinato de cuatro crías de petirojo, culpando al pobre gato; el conservador John Mayor negó los cargos en contra del ratonero durante una conferencia de prensa, y el reportero confesó que todo era mentira unos años más tarde.
En 1995 la desaparición del gato llegó a ser un episodio traumático para el país; varios periódicos reaccionaron al anuncio de su aparente muerte con duras condenas de la oficina del primer ministro por no cuidar más de la criatura. Sin embargo, la publicación de su obituario -prematuro- en los diarios facilitó su recuperación: resultó que se había estado quedando en un cercano hospital durante unas semanas, donde los empleados lo habían adoptado, asumiendo que era un gato callejero. Después de ser devuelto a Downing Street, Humphrey emitió un comunicado agradeciendo la atención que había recibido durante sus "vacaciones" y declarándose listo para reasumir sus tareas.
La familia de Tony Blair tuvo menos suerte con el conocido ratonero. Después de mudarse a Downing Street en 1997, la prensa británica hizo eco de las malas relaciones entre el gato y la mujer del primer ministro, Cherie Blair. Declaraciones posteriores de la señora de la casa, sugiriendo que los gatos eran "poco higiénicos" desataron un escándalo público; de nuevo, la prensa británica entro en fase de ataque, y se publicaron gran número de cartas del público en defensa del ratonero del Gabinete. Tal fue la polémica que, pocos días después, el portavoz del Gobierno tuvo que declarar que Humphrey permanecería en Downing Street -"sí o sí"-, y la oficina del primer ministro emitió una foto de Cherie y el gato para promover la idea que todo iba bien en casa. A la larga, la imagen hizo más daño: se conoció unas semanas más tardes que el gato había sido drogado para que no atacara a la mujer de Blair cuando se tomó la foto.
En noviembre del mismo año Humphrey fue "jubilado" -oficialmente por sus problemas de hígado-, y enviado a vivir con una pareja de ancianos en el norte de la ciudad; los conservadores emitieron un comunicado señalando que "Humphrey vivió felizmente bajo ocho años de Gobierno conservador en Downing Street, pero parece que ha preferido irse menos de seis meses después que los laboristas hayan tomado el poder". Entretanto, el diputado conservador Alan Clark denunció la desaparición turbia del ratonero y exigió evidencia que el gato seguía con vida. "Humphrey ahora es un desaparecido", declaró Clark. "A no ser que lo vea publicamente, asumiré que le han dado un tiro". Al final, Blair tuvo que autorizar la vista de periodistas a la nueva casa del gato para demostrar que seguía con vida; en efecto, el ratonero Humphrey sobrevivió hasta 2006.
Con la toma de poder de Gordon Brown, Sybil, el gato del ministro de Finanzas Alistair Darling, fue a vivir a Downing Street; su nombre derriba del de Sybil Fawlty, mujer del neurótico hotelero de la serie británica, 'Fawlty Towers'.
Aunque el retorno de un ratonero oficial fue celebrado por la prensa, el mandato de Sybil fue corto; pocos meses después de su llegada en 2007, el gato se retiró "al campo", supuestamente porque le enervaba el entorno de las estancias gubernamentales. De nuevo, la prensa sospechó que la razón real tenía que ver con descontento humano: al parecer, a Gordon Brown le caía mal.
Al tomar el poder en 2010, el conservador David Cameron no trajo consigo un nuevo ratonero. Aunque inicialmente se indicó que no habría gatos durante su mandato, el nuevo revuelo en torno a la plaga de roedores parece haber cambiado la mente del premier: se ha desvelado que está contemplando adoptar un nuevo funcionario de un centro de acogida de animales cercano. Queda por ver si el felino que elija tenga mayor suerte que los últimos dos, y si el gato sea bueno para la imagen pública del Gobierno; en todo caso, ya hay perdedoras claras en el asunto: las ratas de Downing Street.


Vía.Elmundo.

lunes, 24 de enero de 2011


La historia que hoy os traemos no tardaría en ser calificada como aberración humana o discriminación racial ante los ojos de cualquier europeo de comienzos del siglo XXI. Pero no hay que retroceder muchos años atrás para encontrar un tiempo en el que las exposiciones humanas con individuos llegados desde otras partes del planeta, constituían la última moda etnocentrista y todo un espectáculo para el público del viejo continente.

Como el zoológico humano que el Parque del Retiro acogió en 1887, junto a la Casa de Fieras. Otras capitales europeas ya habían exhibido tribus del mundo entero (“negros salvajes” en Barcelona o fueguinos en París). En esta ocasión, Madrid recibiría a 43 indígenas filipinos, incluyendo “algunos igorrotes, un negrito, varios tagalos, los chamorros, los carolinos, los moros de Joló y un grupo de bisayas" que se anunciaban a bombo y platillo y que causaban la admiración y curiosidad de todos los que se acercaban al parque de la capital.
Según cuentan los diarios de la época, estas personas fueron tratadas en Madrid mejor que en el resto de Europa e incluso tuvieron el privilegio de entrar en el Palacio Real y ser recibidas en audiencia por la infanta Isabel y la regente María Cristina, antes de volver a sus degradantes jaulas.
Una de las consecuencias directas del colonialismo imperante en la época fue el negocio de los zoos humanos, impulsado por el alemán, Carl Hagenbeck, mercader de animales salvajes, que en 1874 decidió incorporar nuevos "ejemplares" a su repertorio: samoanos y lapones.

Vía.ABC

USA logra su independencia gracias a la plata Española.


A veces la verdadera historia se halla oculta dentro de la misma historia, en pequeños trazos, datos dispersos, papeles nimios... hasta que alguien los encuentra y todo cobra otro sentido. Esto ocurre con el apoyo, bastante conocido y estudiado, que la Corona española ofreció a las colonias rebeladas contra Gran Bretaña en América durante la guerra de Independencia (1776 a 1783) que dio origen a EE.UU. Nuevos documentos invitan a una relectura de esta historia que indica que la primera potencia mundial no habría salido adelante sin la ayuda de España, porque la deuda fue astronómica y además porque no devolverla salvó de la quiebra al naciente Estado.
Todo parte de un estudio jurídico que tras años de investigación en archivos de España y América, ha reunido correspondencia, documentos mercantiles y diplomáticos que le permiten cuantificar esa deuda, por primera vez sin utilizar estimaciones, en más de 3 billones de dólares al cambio actual —con interés compuesto pactado del 5%— (o en más de medio billón de dólares con interés simple). Cifra no definitiva y muy moderada por no incluir pagos directos desde La Habana y tener en cuenta algunas compensaciones.
No está en la intención del investigador que sus hallazgos supongan un ajuste de cuentas entre gobiernos que nos sacaría de la crisis, pero sí que sirva para que EE.UU. valore con nuevos ojos «la aportación hispana a su cultura desde el minuto cero de su historia» y para «derribar leyendas negras que aún se alimentan contra lo hispano allí»..
España no se expuso tanto como Francia en su ayuda a la rebelión americana. El rey francés estaba resuelto a debilitar al inglés hasta la aniquilación, pero España se movió con más cautela ante un problema que podía venírsele en contra en sus propias colonias. Aun así, los nombres de Benjamin Franklin, Baumarchais, John Jay, Jefferson, Carlos III, Floridablanca, Gálvez... permiten entrever un tablero donde jugaban las mejores mentes del siglo.
Franklin llegó a París con la intención de financiar la rebelión. Reunió voluntades y el Tesoro francés acabó sufriendo tal mella que la ayuda contribuyó no poco a extenuar la Hacienda (y por tanto a convocar los Estados Generales). Esto es conocido, pero no lo son tanto los pasos en España de su sucesor, el plenipotenciario John Jay, joven abogado de Nueva York. Con dificultades trató de conseguir lo mismo de la Corte española. Apoyado por el embajador de Francia construyó su propia red de intereses desde Madrid, ciudad en la que nunca se encontró cómodo. Aquí murió una de sus hijas y no consiguió el éxito en la Corte que Franklin lograba en París. Aún así trató con el secretario de Estado, el conde de Floridablanca, otro abogado murciano con el que pudo entenderse, convencido de que había que fortalecer la posición española contra Londres.
Pero España trata con él por puertas de servicio, para no ofender a Inglaterra ni provocar el enfrentamiento directo. Jay emite letras y recaba fondos sin dejar rastro. Por eso ha sido hasta ahora tan difícil cuantificar el monto total.
Repasando la importantísima historiografía, a la que debe mucho, y sumando sus aportaciones documentales se ha rastreado el devenir de la deuda que, en el primer tercio del siglo XX, se daba por pagada, aunque sin remitir a documento alguno. Desde el siglo XVIII los tratadistas afirman que no cabe la prescripción extintiva.
Se ha manejado los listados de materiales enviados por barco desde Bilbao y Cádiz, y desde alguna ciudad europea, a cargo del Real Tesoro. Barcos cargados de uniformes, armas, pertrechos o medicinas que partieron igualmente desde Nueva Orleans y La Habana, y el dinero contante que fue entregado según las pruebas en París, Bilbao, Nueva Orleans así como fuertes sumas a John Jay por letras que emitía él o por encargo del Congreso.
El rastro, meticulosamente perseguido, ha permitido demostrar la existencia de algunas partidas, cuantificar cabalmente otras o computar entregas que no eran consideradas ayuda. Documentalmente sostiene que se minimizó la ayuda (España no podía protestar en alto por la discreción con la que camufló este empeño antibritánico). «Los plenipotenciarios americanos en París deliberadamente alteraron las cifras que habían pasado por sus propias manos».
En resumidas cuentas, gracias a la ayuda española los colonos pudieron mantener su lucha hasta la decisiva batalla de Yorktown en 1781, donde aún eran pagados y pertrechados los combatientes franceses (había más que americanos) con pecunio extranjero. Lafayette había escrito a su ministro Vergennes en 1780: «El ejército americano, señor conde, es poco numeroso, está mal vestido, medianamente artillado, y todos estos inconvenientes son debidos a la depreciación del papel».
La plata española valía más: 3,5 millones de pesos. América estaba en quiebra y no podía pagar si pretendía salir adelante, tanto que Kentucky, que entonces englobaba mucho territorio, se planteó abandonar la Unión y —dato poco conocido— incorporarse a la Corona española. Por demás, pagar la deuda significaba alentar a los partidarios del Rey Luis XVI, pronto apresado y con España tratando de rescatarlo por todos los medios, incluso el soborno.

Vía.ABC

domingo, 9 de enero de 2011

Reencontrada la cabeza del primer rey Borbón.


Tras siglos de rocambolescas peregrinaciones, la cabeza del rey Enrique IV de Francia y III de Navarra, el primer rey de la Casa de Borbón, volverá a descansar en la basílica de los monarcas galos. Un equipo de científicos franceses ha autentificado la reliquia, profanada durante la Revolución Francesa y reencontrada en 2008 en la casa de un jubilado.
El rey, el primero de la dinastía de los Borbones, es uno de los más queridos en Francia, conocido como 'Enrique el bueno' o 'el galante', por su conocido éxito entre las damas. El monarca (que había decretado la libertad religiosa de los protestantes en el Edicto de Nantes) fue asesinado en 1610 por un fanático católico, François Ravaillac, y enterrado en la basílica de Saint-Denis, donde descansan los reyes de Francia.
En 1793, en plena Revolución Francesa, los revolucionarios abrieron su tumba. "El cuerpo fue arrojado a una fosa común con otros. Ese es el momento en el que, probablemente, le cortaron la cabeza. Ningún documento dice quién la cogió. Tras la Revolución, partes de los restos mortales reales reaparecieron en casas de particulares.

En 2008, apareció lo que parecía ser la cabeza del monarca en casa de un jubilado.
La testa, embalsamada, se encontraba "en perfecto estado". Ojos cerrados, boca abierta y algunas características que han permitido identificar a la perfección al monarca.

El minucioso análisis del forense identifica numerosas características que coinciden con los retratos, bustos y crónicas de la época. Su incipiente calvicie, los restos de cabellos blancos y pelirrojos en la cabeza y la barba, una penosa dentadura o un pequeño agujero en una oreja. "Sabemos que Henri IV llevaba un pendiente en su oreja derecha, tal y como hacían otros de la corte de Valois".

Además, en la mejilla presentaba una herida que coincidía la que le causó el joven Jean Châtel cuando intentó asesinarle en 1594. La cabeza presentaba también tres cortes en el cuello que recordarían la guillotina por la que pasó, por obra y gracia de los revolucionarios, en 1793. También coincide el modo de embalsamado del que hablan
Tras todas estas evidencias, han datado la cabeza embalsamada entre 1450 y 1650 mediante las pruebas de carbono- consideran que, sin duda, se trata de la cabeza del monarca. "Ahora que ha sido positivamente identificado según los más rigurosos argumentos de cualquier examen forense antropológico, la cabeza del rey francés volverá a ser enterrada en la real basílica de Saint-Denis tras un solemne funeral".

Este será el real descanso para una reliquia que ha pasado de unas manos a otras durante siglos. Tras la profanación de Saint-Denis, el rastro de la célebre cabeza reaparece en el siglo XIX en la colección privada de un conde alemán. Después, se pierde de nuevo su pista hasta 1919, cuando aparece en una subasta en el Hôtel Drouot, donde un anticuario de Dinard la compró por tres francos.
Este removió cielo y tierra para probar que se trataba de la cabeza del rey, la ofreció al Louvre, al museo Carnavalet, pero nadie le creyó. Tras morir el anticuario, la reliquia estuvo un tiempo en manos de su hermana. Luego, volvió a perderse su rastro.

Vía.Elmundo.es

Los ojos de la Mona Lisa.


Según anuncio el diario inglés 'The Guardian', el investigador italiano Silvano Vincenti ha pasado los ojos de la dama por el escáner y ha encontrado ¡sorpresa! mensajes ocultos.
En la pupila derecha, negro sobre verde, Vincenti ha visto una L y una V. Eso es fácil de descodifica: las iniciales de Leonardo Da Vinci. Y en la derecha, unas inscripciones más confusas que podrían corresponder a las letras C y E (también podrían ser una B o una S). La teoría del investigador es que estas letras podrían ser una pista que desvelaría la identidad de la modelo de Da Vinci. Es de los que están convencidos de que la historia oficial de 'La Monsa Lisa', que sostiene que Lisa Gherardini, la esposa de un hombre de negocios florentino, fue la 'gioconda'. Sin embargo, Leonardo vivía en Milán, en la corte del duque Ludovico Sforza, cuando pintó el retrato, lo que invalidaría esa tesis semi oficial.
Vincenti ya ha dado alguna campanada histórica artística en los últimos tiempos. El año pasado, anunció que había encontrado los restos del cuerpo de Caravaggio. Y este mismo año, el investigador solicitó la exhumación de los restos de Da Vinci, con el fin de aclarar los motivos de su muerte y de reconstruir su fisonomía. Y es que Vincenti es de los que sospechan que 'La Gioconda' es, en realidad, un autorretrato.

Vía.Elmundo.es

La Mata Hari española.


Una vida apasionante que acabó en una espiral de delirio megalómano y muerte. Así se nos presenta la novela 'Sangre Azul, Vida y delirio de Margarita Ruiz de Lihory', de Cándido Polo.
Una mujer de espíritu rebelde que "hizo con su vida lo que quiso, defendiendo su libertad aunque de manera atropellada y atropellando" a quien se interpusiera, así es como su autor la define.
Después de una intensa vida marcada por el lujo, la excentricidad y las aventuras (tanto amorosas como a nivel de experiencia vital) Margarita, una dama de la alta sociedad, saltó a los tabloides de la sección de sucesos cuando, en 1954, se convirtió en la principal sospechosa del que fue conocido como 'el misterio de la mano cortada'.
Todo empezó cuando su hijo menor Luis acudió a la policía y les convenció de que su madre había hecho "algo terrible al cadáver de su hermana" Margot, fallecida días antes por una extraña enfermedad (se le atribuyó leucemia). Con la exhumación del cuerpo se abrió "la caja de los truenos": el cuerpo había sido profanado. Le habían cortado la mano derecha, sacado los ojos y extraído la lengua y el vello púbico.
Tras el registro a su casa, la mano fue encontrada en un tarro de cristal, junto con otros tarros con vísceras de animales. Inmediatamente Margarita y su marido fueron internados en un psiquiátrico, comenzando uno de los juicios más largos y oscuros de la historia reciente de España.
La razón por la que decidió amputar el cadáver de su hija se lo llevó a la tumba. Se atribuyó a que quería conservar una reliquia de Margot, a la que consideraba santa y por la que sentía devoción.
Fue una de las primeras mujeres en España en divorciarse y a partir de ahí desempeñó toda su habilidad en las relaciones sociales para establecer su imagen muy próxima a las altas esferas de poder de la primera mitad del siglo XX. "Su delirio megalómano y los elementos psicopatológicos fueron el motor de su psicomotriz", y fueron los que la llevaron a entablar amistad con Francisco Franco o Miguel Primo de Rivera.
Éste último fue el que decidió enviarla a la Guerra de Marruecos, prestando servicios de espionaje. Fruto de su increíble habilidad para ganarse el favor de los hombres, la llevaron a introducirse en la guarida del mismísimo líder de la Rebelión Rifeña, Abd el-Krim. Se dice que fue en su estancia en Marruecos lo que le permitió descubrir los oscuros rituales de magia negra de la secta de los Yezidi, que tuvieron nefastas consecuencias en el desequilibrio devastador que padeció la última etapa de su vida.
Es entonces cuando se embarca para hacer las Américas. Fue amiga íntima el plutócrata Henry Ford y se declaró discípula de Blasco Ibáñez y Joaquín Sorolla, lo que le permitió introducirse en la farándula de Hollywood y "retratar a los actores de moda, puesto que ella sabía pintar".
Pero Margarita no se conformaba sólo con eso. Tras haber defendido el protofeminismo y participar de la Belle Époque, fue vocal del Consejo Protector de la Infancia. Estuvo comprometida con la causa de la mujer en la Segunda República, antes de colaborar en la clandestinidad con la Quinta Columna de Barcelona durante la Guerra Civil.
Escritora, abogada, periodista, conferenciante, pintora y modelo de artistas; utilizó los títulos de marquesa de Villasante y baronesa de Alcahalí, pese a que éstos correspondían legalmente a su hermana mayor, con la que mantuvo largos pleitos a su retorno de América para obtenerlos legalmente.
Sus contactos entre las altas esferas fueron los que le permitieron prolongar el juicio de la profanación del cuerpo de su hija durante más de 10 años, entre otras cosas por los favores que sirvió para la causa española en Marruecos y por su estrecha amistad con el caudillo. Entre las argucias legales que se utilizaron en el juicio, se razonó que si el generalísimo guardaba como uno de sus tesoros más preciados la reliquia de un brazo de Santa Teresa, por la que sentía devoción, ¿Cómo no iba a hacer lo mismo una madre desequilibrada con su hija?

Vía.Elmundo.es

Alemania termina de pagar a los aliados las reparaciones de la I guerra mundial.


Los alemanes no eran conscientes de que seguían pagando reparaciones de guerra correspondientes al Tratado de Versalles de 1919 hasta que se desvelaba que el último pago, de 69,9 millones de euros, quedaría definitivamente saldado el domingo, 3 de octubre del 2010
La cantidad había sido aprobada en los Presupuestos Generales, pero como tantas otras letras pequeñas que no se debaten y a las que no se da publicidad. "No es cierto que no fuera información pública, sencillamente es un asunto que se ha llevado con la debida discreción", justificaba un funcionario del Bundesbank en la televisión. La noticia ha causado sorpresa y poco disimulada insatisfacción.
En las calles, los ciudadanos manifestaban primero su asombro y, acto seguido, la amargura que quedó en el pueblo alemán por una imposición de reparaciones percibidas entonces como injustas y que, a juzgar por las reacciones, ha dejado huella hasta hoy en los corazones alemanes. "Yo aprendí de niño, me lo enseñó mi maestro en la escuela, que el Tratado de Versalles fue una humillación para Alemania, y hemos estado pagando hasta ahora, durante 92 años. Pero eso sí, somos muy amigos de los franceses..." decía con ironía un transportista de Colonia con pocas simpatías por los vecinos galos.
Es evidente que el Tratado de Versalles fue moralmente traumático para los alemanes, como lo es que las dificultades que aquella inmensa deuda causó a la economía sirvieron después de base para el descontento y la desesperación que llevaron a muchos a votar a Adolf Hitler.
Francia ha sido el país aliado más beneficiado por las reparaciones económicas, que, además de la reordenación territorial, incluían la entrega de todos los barcos mercantes de más de 1.400 toneladas de desplazamiento y la cesión anual de 200.000 toneladas de nuevos barcos, además de la entrega anual de 44 millones de toneladas de carbón, 371.000 cabezas de ganado, la mitad de la producción química y farmacéutica, la totalidad de cables submarinos, etc., durante cinco años.
En cuanto a las multas, se exigió el pago inmediato de 132.000 millones de marcos-oro alemanes, cifra que Alemania no podía pagar puesto que doblaba sus reservas internacionales, y que aumentarían posteriormente hasta rondar los 300.000 millones de marcos oro.
Para afrontar los pagos, la República de Weimar se endeudó hasta lo indecible y así fue cómo comenzó la galopante inflación que dio paso al hambre y a la desesperación, una experiencia histórica que explica el rigor con el que Alemania impone hoy en la UE políticas que mantengan la inflación a raya.
Alemania, finalmente ahora, consigue cerrar ese doloroso capítulo de su historia, del que parece haber sacado dos lecciones fundamentales: nunca más guerra y nunca más inflación.

Vía.Elmundo.es