sábado, 10 de julio de 2010

Cazadores de cabezas en la Segunda guerra mundial

Borneo, la enorme isla (la tercera del mundo) entre Malasia y Australia, fue el lugar donde estos extraños personajes confluyeron.
El 16 de noviembre de 1944, el avión pilotado por Dan Illerich que se encontraba bombardeando los barcos japoneses, es alcanzado por fuego enemigo. Los hombres de Illerich saltan en su paracaí¬das cayendo en medio de la jungla de Borneo. Sin embargo, pese a la cantidad de peligros que acechan en la selva, el más temido sin duda es el de caer en manos de las tropas japonesas que han ocupado la isla.
La tribu de los Dayak, llega primero y decide ponerse del lado de los estadounidenses. Una vez que los japoneses se enteran de que los nativos están protegiéndolos, amenazan con matar a los jefes tribales. Esto ofende terriblemente a los Dayak que se lanzan en ataque. El fragor de la batalla provoca que los indí¬genas recuperen su costumbre ancestral de cortar la cabeza a sus enemigos, rito que finaliza arrojando las cabezas al fuego.
La ira de los japonenses no tiene lí¬mite y la única opción para los americanos es esconderse en la jungla durante meses. En marzo de 1945, Tom Harrison, General de la Armada británica, se lanza en paracaí¬das en rescate de sus hombres junto a una unidad australiana.


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