¿Y si Lenin hubiera vivido 10, 20 años más? Probablemente,
la historia de Europa, y la de todo el mundo, habría sido completamente
diferente si Vladimir Ilich Lenin no hubiera muerto a los 53 años a causa de un
ictus masivo. Pero las circunstancias de su fallecimiento tienen algunas sombras,
en las que se podría esconder, incluso, la mano de Stalin.
El 21 de enero de 1924 fallecía Vladimir Ilich Lenin. La
causa oficial: ictus masivo. La autopsia reveló que el estado de sus arterias
cerebrales era pésimo (sufría
aterosclerosis) y la historia clínica del ilustre paciente coincide con
este fatal evento, ya que en los años previos a su muerte, Lenin sufrió varios
infartos cerebrales cuyas secuelas arrastró durante ese tiempo.
En 1922 sufrió dos ictus: el primero le dejó sin habla
durante semanas; el segundo, le paralizó la mitad derecha del cuerpo. Las fotos
del mandatario comunista en silla de ruedas, incapaz de caminar y con un
aspecto enfermizo, son la muestra de un deterioro progresivo que se agravó
cuando en 1923 sufrió un tercer accidente cerebrovascular.
No hay duda, pues, de cuál fue la causa de la muerte.
"Lo que le ocurrió a Lenin no es ningún misterio". Sin embargo,
"¿qué provocó esos ictus en un hombre relativamente joven y, salvo por
eso, sano.
Lenin no tenía
ningún factor de riesgo que justificara a aparición tan temprana de
estos ictus: no era obeso ni hipertenso ni diabético, tampoco fumaba o bebía
(no de forma llamativa), y hacía ejercicio con regularidad. En ausencia de
estos factores, la teoría de que la neurosífilis fue la culpable de sus males
ha sido una de las más extendidas y aceptadas.
Pero esta enfermedad de transmisión sexual no tuvo nada que
ver. "La sífilis meningovascular
deja huellas distintas en el cerebro. Los infartos, o ictus, son normalmente
pequeños. "El otro vaso que se suele ver afectado por la sífilis es la
aorta y esto tampoco se describe en la autopsia".
En cambio, el origen
de los ictus y la aterosclerosis (la acumulación de lípidos y colesterol en las
paredes de los vasos sanguíneos) podría estar en sus genes. De echo, su
historia familiar hacer pensar en cierta predisposición genética ya que su
padre y tres de sus hermanos fallecieron por patologías cardiovasculares.
Pero hay un fenómeno de los últimos días de la vida de Lenin
que intriga a los expertos. Lenin fue envenenado.
Desde 1921 hasta su muerte, "se sentía cada vez peor, se quejaba de que no podía dormir y de que
tenía jaquecas terribles". El veneno pudo ser el causante de estos
males y, a la postre, de su muerte. Y su verdugo, el que ya se había convertido
en su enemigo y que posteriormente sería su sucesor al frente de la Rusia
comunista, Iosif Stalin, que utilizó este método para acabar con más de una vida.
El posible envenenamiento de Lenin nunca se certificó ya
que, sorprendentemente, su autopsia no
incluye exámenes toxicológicos. Pero aún hay tiempo para explorar más
allá esta teoría, su cerebro se conserva en Moscú y alargar así la ya extensa
lista de asesinatos de Stalin.
Vía.Elmundo,es
Vía.Elmundo,es
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